Este proyecto pretende que el huerto sea un lugar visible y de participación activa en el Centro, al igual que todas sus zonas verdes. El Centro posee más de 60 especies diferentes de árboles y plantas aromáticas, diseminadas por todo el entorno exterior.
Por otro lado, poseemos un huerto, que era poco accesible para los alumnos, lo que nos ha llevado a considerar la necesidad de introducir espacios accesibles y visibles para el alumnado en el que se les de la importancia activa en la regeneración de los espacios y la introducción de una nueva forma de aprender en el exterior, cuidándolo y haciéndola nuestra. Para esta labor ha sido crucial la participación de profesores, alumnos y familias.
Para una correcta gestión del huerto, se ha hecho una valoración de los espacios que pueden ser mejores para la ubicación del huerto, teniendo en cuenta la orientación y el acceso a las bocas de agua., qué zonas estarían mejor para los alumnos de Ed. Infantil y cales para los de primaria. También, ver dónde podemos establecer los espacios para los compostajes, los hoteles de insectos, dónde guardar los instrumentos de labranza, etc.
Así comenzamos nuestro proyecto del Huerto.
Después de todo el proceso, hemos creado unos bancales para cada curso. Los bancales tienen grandes ventajas como favorecer el control de malas hierbas, mejorar la protección contra plagas y malezas indeseables. Los bancales también facilitan las tareas de abonar la tierra, más accesible para nuestro alumnado y se aprovecha mejor el espacio con la ventaja de que el crecimiento de los alimentos son más intensos que en el huerto tradicional.
Nuestro huerto va creciendo y durante este curso, también hemos comenzado a reacondicionar el Huerto grande y hemos plantando lechugas, ajos y coliflores. ¡Nos encanta disfrutar de nuestro huerto!
También hemos creado un compostero, ya que creemos que es una herramienta fantástica para introducir a nuestro alumnado en el aprovechamiento de nuestros restos vegetales. Mediante el compostaje escolar los alumnos comprenden el ciclo de la materia orgánica de una manera práctica y didáctica.
¿Por qué creemos en este proyecto?
Crear un huerto escolar aporta multitud de beneficios a los niños y niñas que participan en la actividad, por ejemplo, los siguientes:
- Desarrollo de habilidades motrices. Plantar el huerto requiere remover la tierra y utilizar instrumentos con las manos como palas o regaderas, por lo que mejorarán sus habilidades motrices.
- Trabajo en equipo. Los huertos escolares requieren que sigan las indicaciones del profesorado y que se coordinen entre ellos para repartir todas las labores que hay que hacer en el huerto. El trabajo en equipo será una habilidad que utilicen a lo largo de su vida y promoverá, además, valores como el respeto o la igualdad.
- Responsabilidad. Asumirán una responsabilidad en relación al huerto y esto les enseñará la importancia de tomar decisiones, asumir las consecuencias de las mismas y actuar con diligencia.
- Sostenibilidad. Los huertos escolares pueden ser una forma de enseñar la importancia de la sostenibilidad. Por ejemplo, utilizamos nuestros propios desechos lo que se desecha del huerto (frutas que se han estropeado, etc.) como abono natural de los próximos cultivos.
- Aprendizaje sobre los alimentos. Los huertos escolares son una forma de que aprendan las vitaminas que tiene cada fruta o verdura, qué alimentos son más sanos, o cómo elaborar comidas nutritivas con los productos que se cultivan.